La película trata del padre Daens que es un sacerdote que siempre trae problemas a sus obispos. Tras un controvertido paso por la Universidad, vuelve a su ciudad natal, Aalst, donde descubre las duras condiciones laborales de los obreros de las empresas textiles. Él comienza a organizar a los obreros católicos para reinvindicar sus derechos laborales y el sufragio universal.
Sin embargo, su objetivo no es fácil, dada su posición intermedia entre los políticos liberales y dueños de las fábricas y los comunistas.
Forma un partido de tendencia socialdemócrata, en torno al cual se unen los "daenistas". Llega a convocar huelgas y a presentarse a las elecciones, sufriendo el desprecio de los propios cristianos y la incomprensión del obispo y del Papa León XIII. A pesar de todo, se convertirá en un referente para la clase obrera y un precursor de lo que luego se llamará Doctrina social de la Iglesia.
La película en sí ha sido un poco fuerte y a la vez un poco aburrida, pero gracias a ella he entendido varias cosas.
No nos ha gustado nada el trato que recibía el papel de la mujer en el largometraje, porque parecía un muñeco, al que manejaban como les daba la gana. Tampoco nos ha hecho mucha gracia como jugaban con las personas, es decir, con el proletariado, porque al no tener estudios, no saber leer, se dejaban llevar por los que mandaban. Un ejemplo claro es cuando llega el sufragio universal, en el que los hombres se tienen que aprender cuantas letras tiene el candidato al que votan.
También queremos destacar el juego sucio que hacían con los votos, que cambiaban el nombre cuando estaban contando los votos, a saber si eso lo siguen haciendo en pleno siglo XXI...
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